Otro año más que nos hemos reunidos en estas fechas navideñas para celebrar un campeonato-convivencia de bádminton.
La cara de los presentes lo dice todo, los niños de la escuela deportiva se lo han pasado genial, jugando entre ellos y con los mayores.
La cara de algunos padres de sorpresa por ver a sus enanos, y para culminar, los "cracks" de los mayores, tuvieron la oportunidad de jugar unas finales con público, a lo Carolina Marín.
Cómo siempre digo esto es un premio a estos fieras que disfrutan con este deporte, y ver que cada vez somos más me parece genial.
Anécdota: ese brazo de Juan Francisco Gómez con el tatoo de esa frase prodigiosa que siempre dice Carolina Marin.